En un comunicado emitido el martes, Tesla reportó una disminución del 9% en sus ingresos del primer trimestre, marcando su peor caída desde 2012. Esta noticia llega en medio de la persistente presión sobre la compañía de vehículos eléctricos debido a los continuos ajustes de precios por cuenta de la fuerte competencia proveniente principalmente de China.
El descenso en las ventas resultó ser aún más pronunciado que la caída anterior de la empresa en 2020, la cual fue atribuida a la interrupción de la producción durante la pandemia de Covid-19.
Los resultados financieros detallan que las ganancias por acción ajustadas fueron de 45 centavos, comparadas con los 51 centavos por acción esperados por los analistas de LSEG. Además, los ingresos totales alcanzaron los $21,300 millones de dólares, por debajo de los $22,150 millones de dólares previstos por LSEG. Esta marcada disminución se tradujo en una reducción de los ingresos netos en un 55%, cayendo a $1,130 millones de dólares desde los $7,930 millones de dólares registrados el año anterior.
En particular, los ingresos automotrices de Tesla se contrajeron un 13% año tras año, situándose en $17,340 millones de dólares durante los primeros tres meses de 2024.
Este desempeño financiero ha generado preocupaciones significativas entre los inversores, reflejadas en una caída del valor de las acciones de Tesla en más del 40% durante el año en curso.
Entre las preocupaciones que persisten se encuentran las entregas débiles, la competencia en China y los persistentes ajustes de precios por parte de la compañía. A principios de este mes, Tesla reportó una disminución interanual del 8.5% en las entregas de vehículos durante el primer trimestre.
A pesar de este panorama desafiante, las acciones de Tesla registraron un incremento del 5% en las operaciones extendidas después de la publicación de los resultados financieros.
La compañía fundada por Elon Musk ha anunciado planes para acelerar el lanzamiento de “vehículos nuevos, incluidos modelos más asequibles”. Estos nuevos autos se producirán en las mismas líneas de fabricación que la línea actual de Tesla, lo que permitirá a la empresa aprovechar plenamente su capacidad de producción actual.
Tesla tiene como objetivo lograr un crecimiento de más del 50% en comparación con la producción de 2023 antes de considerar inversiones en nuevas líneas de fabricación.
El fabricante automotriz ha comenzado una reestructuración masiva con la renuncia de dos ejecutivos clave, Drew Baglino y Rohan Patel. El CEO Elon Musk anunció la semana pasada en un memorando interno que la compañía está recortando más del 10% de su fuerza laboral global.