Expertos han advertido que los mercados petroleros subestiman el riesgo de interrupciones graves en el suministro de crudo desde Medio Oriente. Según analistas consultados por CNBC, un ataque a la infraestructura energética de Irán podría elevar los precios del petróleo por encima de los $200 por barril.
Este escenario surge en medio de rumores sobre una posible represalia de Israel contra Irán, específicamente dirigida a sus instalaciones petroleras. Irán, miembro clave de la OPEP, produce el 4% del suministro mundial de petróleo, por lo que un ataque podría tener consecuencias devastadoras para el mercado.
Bjarne Schieldrop, analista de SEB, señaló que si las instalaciones de Irán son destruidas, los mercados se preocuparían por el Estrecho de Ormuz, una vía clave para el transporte de crudo. Un ataque en esta región incrementaría considerablemente la prima de riesgo del petróleo, afectando los precios globales.
El estrecho de Ormuz, que conecta a los principales productores de petróleo de Medio Oriente con los mercados internacionales, es una vía esencial para el comercio energético. Cualquier conflicto en esta zona tendría repercusiones inmediatas en el mercado.
Los precios del crudo Brent y del West Texas Intermediate ya han subido más del 2% en respuesta a los crecientes riesgos geopolíticos. El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, advirtió a Irán que “pagará” por el reciente ataque con misiles, elevando aún más las tensiones.
Amrita Sen, de Energy Aspects, expresó que los mercados han mostrado complacencia ante las tensiones en la región, recordando que los conflictos anteriores, como el ataque de 2019 a instalaciones saudíes, no causaron interrupciones significativas en el suministro. Sin embargo, considera que esta situación es diferente y podría tener un impacto más severo.
Con el conflicto en aumento, los inversores están atentos a las acciones que tome Israel y sus posibles repercusiones en el mercado energético.