La detención de Jeanette Vizguerra, una madre indocumentada de cuatro hijos y reconocida activista por los derechos de los inmigrantes, ha generado indignación y temor en medio de la escalada de medidas migratorias de la administración Trump. Vizguerra, quien fue destacada por la revista Time en 2017 como una de las 100 personas más influyentes del mundo, fue arrestada por agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) mientras tomaba un descanso en su trabajo en Target, según informó su hija, Luna Baez.
Vizguerra había sido un símbolo de resistencia durante el primer gobierno de Trump, refugiándose en el sótano de una iglesia en Colorado para evitar su deportación, donde permaneció durante tres años. Desde su salida en 2020, ha intentado obtener una visa para víctimas de delitos, que le permitiría permanecer legalmente en EE.UU. Sin embargo, su activismo y visibilidad la han convertido en un blanco de la política migratoria actual.
Celebraciones y condenas por su detención
El arresto de la activista ha sido celebrado por sectores que apoyan la política migratoria de Trump. John Fabbricatore, exdirector de campo del ICE, escribió en X: “¡Por fin! El gobierno de Biden me impidió deportarla hace cuatro años. Es una delincuente, odia a Trump y es defensora de la abolición del ICE. ¡Adiós!”.
Por otro lado, líderes comunitarios y políticos han condenado la detención. El gobernador de Colorado, Jared Polis, instó a las autoridades a enfocarse en delincuentes violentos y a garantizar el debido proceso a la activista. El alcalde de Denver, Mike Johnston, calificó el arresto como una “persecución política al estilo soviético” y aseguró que “esto no hace que nuestra comunidad sea más segura”.
Una ofensiva migratoria en marcha
El caso de Vizguerra no es el único en el marco de las nuevas políticas migratorias. Recientemente, una profesora y médica de la Universidad de Brown fue deportada tras ser vinculada con el funeral de un líder de Hezbollah, y un residente permanente legal fue detenido tras participar en protestas universitarias contra las acciones de Israel en Gaza.
La activista había denunciado que en los días previos a su arresto fue seguida por vehículos sin identificación, lo que aumentó sus sospechas de que estaba siendo vigilada. Ahora, permanece detenida en un centro de inmigración en Aurora, Colorado, mientras su familia y abogados buscan detener su deportación.
Protestas y resistencia
El arresto de Vizguerra ha movilizado a su comunidad. Una multitud de simpatizantes se reunió frente al centro de detención de Aurora exigiendo su liberación. Su hija, Luna Baez, expresó entre lágrimas: “Necesito que mi mamá regrese. Necesito que vuelva a casa”. En un momento, Baez puso a su madre en altavoz y tradujo sus palabras: “Este arresto fue extremadamente ilegal. No se siguió ningún procedimiento… Nunca se mostró una orden judicial”.
A pesar de los riesgos, Vizguerra ha seguido denunciando las condiciones de los inmigrantes indocumentados. En enero, declaró a KCNC: “No importa si llevan 40 o 50 años en este país, todos corren peligro”.
Su caso se ha convertido en un símbolo de la creciente incertidumbre que enfrentan los inmigrantes en EE.UU., en un contexto donde la represión y las deportaciones parecen estar en aumento. Sus seguidores continúan exigiendo su liberación, describiéndola como una madre y una activista cuya lucha ha impactado profundamente a su comunidad.
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