Un breve mensaje en redes sociales bastó para desatar un terremoto político, legal y educativo que promete escalar en las próximas semanas.
El presidente Donald Trump anunció que su administración revocará el estatus de exención de impuestos de la Universidad de Harvard. “¡Es lo que se merecen!”, escribió en Truth Social, profundizando su campaña contra las universidades de élite, a las que acusa de permitir el antisemitismo y la discriminación.
Esta medida llega tras haber congelado $2,200 millones en subvenciones a la universidad y amenaza con extenderse a otras instituciones si no se someten a un mayor control gubernamental. “Recuerde, la exención de impuestos depende totalmente de actuar en beneficio del INTERÉS PÚBLICO”, advirtió Trump el 15 de abril.
El Departamento del Tesoro ya solicitó al IRS que evalúe la revocación del estatus fiscal de Harvard, mientras el Departamento de Seguridad Nacional ha amenazado con retirar las visas a sus estudiantes internacionales.
Desde la universidad, la respuesta fue inmediata: “No hay base legal para rescindir el estatus de exención de impuestos de Harvard”, declaró un portavoz, advirtiendo que una acción así “pondría en peligro nuestra capacidad para llevar a cabo nuestra misión educativa”.
Cuatro senadores demócratas enviaron una carta urgente al Inspector General del Tesoro pidiendo una investigación. “Es ilegal e inconstitucional que el IRS siga las instrucciones del presidente para atacar… como represalia por ejercer su derecho a la libertad de expresión”, escribieron. Advirtieron que lo que hoy ocurre con Harvard podría mañana amenazar a iglesias, hospitales y bancos de alimentos. El conflicto apenas comienza.
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