Richard Medina es economista consultor, experto en políticas públicas y desarrollo económico. Ha enfocado gran parte de su carrera en el análisis del impacto global sobre economías emergentes, especialmente en el contexto caribeño y latinoamericano, con énfasis en la República Dominicana.
Entre las grietas de la incertidumbre económica actual, una isla se perfila como pieza clave en el ajedrez económico mundial: República Dominicana. El territorio caribeño tradicionalmente ha sido vinculado al turismo y a las zonas francas, pero ahora está siendo mirado con nuevos ojos por Estados Unidos.
“República Dominicana está en proceso de exploración… en una zona del sureste llamada Pedernales que tiene bauxita… y con ella podrían hallarse minerales de tierras raras”, reveló el economista Richard Medina. Aunque el país aún no los produce, su posición geográfica le permitiría convertirse en un centro logístico clave para la cadena de suministros global.
Los efectos de la guerra comercial entre China y Estados Unidos ya impactan al país. “Cualquier bien que exporte República Dominicana hacia Estados Unidos aumenta de precio… si aumenta de precio, se reduce la demanda”, advirtió Medina. Además, el fortalecimiento del peso frente al dólar, con una apreciación del 5%, dificulta la competitividad de las exportaciones. Pese a ello, las remesas siguen al alza. “En los primeros 4 meses del año han crecido en doble dígito”, señaló el economista, restando impacto al nuevo impuesto del 3.5% aprobado en Washington.
“República Dominicana por su posición geográfica… puede ser un hub a nivel de América Latina para trasbordo hacia Estados Unidos o hacia los países que requieran estos minerales de tierras raras.”
La prioridad, según Medina, es clara: “Diversificar nuestras exportaciones… hacer inteligencia comercial… y aprovechar esta coyuntura geopolítica”.
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