En las alturas de las Montañas Rocosas, la quietud del paisaje contrasta con la tensión que crece dentro de las salas de reuniones. Las cámaras enfocan sonrisas diplomáticas y apretones de manos, mientras los asistentes evitan mencionar lo que realmente pesa sobre la cumbre del G7.
Regreso de Trump
Siete años después de que rompiera una declaración conjunta y se despidiera tachando de “débil” al primer ministro Justin Trudeau, Trump reaparece en el foro mundial más exclusivo. Aquella imagen de 2018, con Angela Merkel inclinada sobre él, aún resuena. “Esta foto capturó el espíritu amargo de esa cumbre”, recuerda Caitlin Welsh, exfuncionaria del Consejo de Seguridad Nacional.
Hoy, Merkel está retirada, Shinzo Abe fue asesinado en 2022, y Trudeau dejó el poder en enero. Cuatro de los siete líderes presentes asisten por primera vez como jefes de gobierno. Mientras tanto, Trump no pisa una cumbre internacional desde hace seis años, y su presencia genera más inquietud que entusiasmo.
“El presidente Trump aborda los foros multilaterales con extremo escepticismo”, advierte Rachel Rizzo, del Atlantic Council. La cumbre, presidida por el canadiense Mark Carney, ha evitado preparar un comunicado conjunto, temiendo una repetición del fiasco de 2018.
Principales temáticas
Aun así, se esperan conversaciones sobre isral e Irán, Ucrania, comercio, inteligencia artificial y energía. Trump, más enfocado en temas comerciales, ha mostrado poco interés en endurecer sanciones a Rusia, aunque aceptó reunirse con Volodymyr Zelensky. Según Welsh, “al presidente le gusta ser la persona más importante de la sala”, y este G7 será la prueba de si puede ser algo más que eso.
Guerra entre Israel e Irán
La creciente tensión bélica entre Israel e Irán ocupará un lugar prioritario en la agenda de los líderes mundiales, quienes buscarán evitar una escalada regional que pueda desestabilizar aún más Oriente Medio y disparar los precios de la energía a nivel global.
No estaba claro al inicio de la cumbre cómo se abordaría exactamente la crisis, el canciller alemán, Friedrich Merz, anticipó que “este tema ocupará un lugar destacado en la agenda”, subrayando la necesidad de impedir que Irán adquiera armamento nuclear, frenar el conflicto y mantener abierta la vía diplomática.
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