La agitación del sector bancario estadounidense no es solo un problema de ese país, sino también del mundo entero.
Después de lo sucedido en Estados Unidos con el Signature Bank y el Silicon Valley Bank, se han avivado los temores y algunos bancos europeos parecen estremecerse ante el incremento de la desconfianza del mercado.
“Es un momento potencialmente peligroso para la economía mundial”, dijo Eswar Prasad, profesor de política comercial y economía en la Universidad de Cornell. Acumular los problemas del sector financiero además del aumento de las tasas de interés en las economías avanzadas “podría tener efectos indirectos en todo el planeta”, afirmó.
La política de subir tipos de interés que están implementando los bancos centrales desde 2022 para frenar la inflación, hacen que la banca comercial replique la medida a sus deudores. Por tanto empresas y personas ahora tendrán que pagar mucho más por comprar a crédito, ocasionando una caída del consumo y al final, la producción se verá afectada y muchas industrias estarán en problemas o incluso cerrarán.
En términos más generales, el comercio mundial y el sistema financiero están respaldados por el dólar estadounidense. Eso significa que las condiciones financieras más estrictas de EE. UU., como menos préstamos, costos de endeudamiento más altos y precios más bajos para las acciones, pueden extenderse rápidamente a otras economías.
“El dólar estadounidense engrasa las ruedas del comercio y las finanzas mundiales y, por extensión, el crecimiento mundial”, dijo Sue Trinh, codirectora de macroestrategia global de Manulife Asset Management en Singapur.
Detrás de las preocupaciones por el crecimiento están los recuerdos de la crisis financiera de 2007-2009, cuando las pérdidas en las hipotecas y los derivados relacionados, desencadenaron una restricción de financiamiento que derrumbó a varios bancos norteamericanos y europeos, obligando a los gobiernos a intervenir con rescates. El volumen del comercio mundial cayó un 18% entre finales de 2007 y mediados de 2009, según un índice elaborado por la Oficina de Análisis de Política Económica de CPB Países Bajos.
Los economistas no esperan una repetición. Los bancos hoy en día están en mejor forma financiera, mientras que los banqueros centrales y los reguladores, muchos de los cuales son veteranos de esa crisis, tienen una mayor variedad de herramientas diseñadas para evitar que las quiebras de bancos individuales desencadenen fallas en todo el sistema económico.