Un número récord de estadounidenses está haciendo retiros de emergencia de sus planes de jubilación 401(k) para cubrir dificultades financieras en medio de la actual crisis inflacionaria, según nuevos datos de Vanguard Group.
Casi el 3.6% de los trabajadores que participan en planes 401(k) patrocinados por el empleador realizaron el llamado retiro por “penurias” en 2023, según Vanguard, que rastrea alrededor de 5 millones de cuentas. Esto marca un aumento importante con respecto a la tasa del 2.8% registrada en 2022 y el promedio prepandémico de alrededor del 2%. Marca el nivel más alto desde que Vanguard comenzó a rastrear los datos en 2004.
Los retiros por dificultades permiten a los trabajadores recurrir a su 401(k) para una “necesidad financiera inmediata y grave”.
Las personas que realizan este tipo de retiros deben pagar impuestos sobre la renta sobre el dinero y podrían asumir un cobro por retiro anticipado del 10% si tienen menos de 59 años y medio. Sin embargo, se puede evitar la multa si los trabajadores brindan evidencia adecuada de que el dinero se está utilizando para una dificultad calificada, como un gasto médico.
Una persona que realiza un retiro por dificultades económicas tampoco puede devolverlo a su 401(k) y no puede transferir ese dinero a otra cuenta de ahorros para la jubilación.
El aumento de estadounidenses que recurren a sus planes 401(k) con fines de emergencia se produce en momentos en que enfrentan una inflación persistentemente alta que ha erosionado rápidamente el poder adquisitivo de los trabajadores.
Alrededor del 40% de las personas que recurrieron a su 401(k) el año pasado lo hicieron para evitar una ejecución hipotecaria, frente a aproximadamente el 36% en 2022, según el informe.
El Departamento de Trabajo informó el martes que el índice de precios al consumidor, una medida amplia del precio de los bienes cotidianos, incluida la gasolina, los comestibles y el alquiler, aumentó un 0.4% en febrero con respecto al mes anterior. Los precios subieron un 3.2% respecto al mismo período del año pasado.
Ambas cifras fueron superiores al aumento mensual del 0.3% y al aumento general del 3.1% registrados en enero.
La alta inflación ha creado graves presiones financieras para la mayoría de los hogares estadounidenses, que se ven obligados a pagar más por necesidades cotidianas como alimentos y alquiler. La carga la soportan desproporcionadamente los estadounidenses de bajos ingresos, cuyos sueldos, ya de por sí al límite, se ven fuertemente afectados por las fluctuaciones de precios.
A medida que gastan más en bienes cotidianos, los estadounidenses están quemando sus ahorros y recurren cada vez más a las tarjetas de crédito para cubrir esos gastos básicos.
La deuda de tarjetas de crédito alcanzó un nivel récord a finales de diciembre, según datos recientes de la Reserva Federal de Nueva York.
En el período de tres meses de octubre a diciembre, la deuda total de tarjetas de crédito aumentó a $1.13 billones de dólares, un aumento de $50,000 millones de dólares, o un 4.6% respecto al trimestre anterior, según el informe. Marca el nivel más alto registrado en los datos de la Reserva Federal que se remontan a 2003 y el décimo aumento anual consecutivo.