Los jóvenes inversores acaudalados están transformando las estrategias de inversión tradicionales.
Un estudio del Bank of America revela que personas entre 21 y 43 años, con al menos $3 millones en activos invertibles, están alejándose de las combinaciones clásicas de acciones y bonos.
En lugar de ello, casi un tercio de sus carteras se compone de activos alternativos como fondos de cobertura, capital privado y criptomonedas. Según Mike Pelzar, director de inversiones de Bank of America Private Bank, menos de la mitad de sus inversiones están en activos tradicionales.
Esta generación, influenciada por un entorno tecnológico y económico dinámico, busca mayores rendimientos y diversificación. Prefieren activos que reflejen su confianza en la innovación y su disposición a asumir riesgos calculados. Su enfoque innovador subraya una nueva era en la gestión de patrimonios, destacando la importancia de la adaptabilidad y la exploración de nuevas oportunidades financieras.
¿Dónde los inversores adinerados de entre 21 y 43 años ven mayores oportunidades de crecimiento?
- Inversiones inmobiliarias: 31%
- Criptomonedas/activos digitales: 28%
- Capital privado: 26%
- Empresa/marca personal: 24%
- Inversiones directas en empresas: 22%
- Empresas enfocadas en impacto positivo: 21%
En contraste, los inversores de 44 años o más, destinan aproximadamente tres cuartas partes de sus carteras a acciones y bonos y solo alrededor del 5% a activos alternativos.
Mike Pelzar, director de inversiones de Bank of America Private Bank, señala que el 93% de los inversores jóvenes planean aumentar su participación en inversiones alternativas.
La generación más joven ha crecido con acceso a una variedad más amplia de clases de activos y ha sido influenciada por eventos como la crisis financiera y el estallido de las puntocom, lo que ha reducido su confianza en las inversiones tradicionales. Además, la reciente correlación entre acciones y renta fija impulsa a estos jóvenes a diversificar para distribuir el riesgo. Así, los jóvenes ricos buscan mayores oportunidades de crecimiento y diversificación, marcando un cambio significativo en la gestión de patrimonios.