No hizo falta un desplome estrepitoso para generar alarma. Bastó un pronóstico tibio y la mención de los aranceles para que Shopify cerrara en rojo, arrastrando consigo el ánimo del sector del comercio electrónico.
La compañía reportó ingresos de $2,360 millones en el primer trimestre, con un aumento del 27% frente al año anterior. Sin embargo, las señales para el futuro inmediato no convencieron.
Las ganancias brutas crecerían solo un 15%, por debajo del 20.1% que proyectaban los analistas. Aunque se anticipa un alza del 25% en ingresos interanuales para el segundo trimestre, las expectativas de Wall Street ya apuntaban al 22%, por lo que el margen no fue suficiente para entusiasmar a los inversores.
Shopify también anunció una pérdida neta de $682 millones, equivalentes a 53 centavos por acción, frente a una pérdida de $273 millones o 21 centavos del año pasado. El volumen bruto de mercancías alcanzó los $74.75 mil millones, apenas por debajo del consenso de $74.8 mil millones. Por si fuera poco, los ingresos por suscripciones se situaron en $620 millones, cuando Wall Street esperaba $621.5 millones.
El director financiero Jeff Hoffmeister restó dramatismo al impacto inmediato de los nuevos aranceles. Señaló que solo el 1% del volumen total está relacionado con importaciones chinas afectadas por la eliminación de la exención de minimis. “Reconocemos la incertidumbre que se avecina”, advirtió, asegurando que los consumidores con ingresos superiores a los $100,000 pueden amortiguar los efectos iniciales.
La reacción fue inmediata. Las acciones llegaron a caer 1%, mientras el mercado digiere el mensaje: el entorno se complica y la era del crecimiento desenfrenado parece estar dando paso a una nueva fase de cautela.
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