Una sola frase encendió la polémica: “Lo siento, pero ya no lo soporto más”. Elon Musk, fundador de Tesla y SpaceX, rompió públicamente con el presidente Donald Trump tras calificar el más reciente proyecto de ley presupuestaria como una “abominación repugnante”. Lo hizo, además, en su propia plataforma X, frente a millones de seguidores.
Musk lideró la iniciativa gubernamental DOGE hasta finales del mes de mayo, a donde llegó luego de donar millones a la campaña presidencial. La posición actual del magnate representa un giro drástico en su relación con el mandatario.
Según el billonario, el paquete legislativo disparará el déficit federal a $2.5 billones y someterá a los ciudadanos a una “deuda aplastantemente insostenible”. Su publicación generó una ola de reacciones, algunas en tono de burla y otras de respaldo absoluto.
Desde la Casa Blanca intentaron minimizar el impacto. La secretaria de prensa Karoline Leavitt afirmó que Trump “ya conoce la postura de Elon Musk” y reiteró que “este es un proyecto de ley grande y hermoso”. Además, acusó a la Oficina de Presupuesto del Congreso de estar “sesgada contra los republicanos”, luego de que el organismo estimara un incremento del déficit de $3.8 billones en diez años.
Las declaraciones de Musk llegan luego de una fallida incursión en la política, en la que su imagen negativa creció como espuma como resultado de su apoyo a Trump. Sus empresas se vieron seriamente golpeadas a nivel financiero, principalmente Tesla.
El fabricante de vehículos eléctricos vivió un saboteo generalizado alrededor del planeta y, de manera más profunda, en uno de sus mercados más grandes: Europa, donde fue rápidamente reemplazado por BYD, el rival chino que ahora es líder en ventas en el viejo continente. Trump incluso hizo exhibiciones públicas de apoyo a los vehículos eléctricos que antes él mismo satanizaba, en lo que parecía ser una retribución al apoyo incondicional del magnate y de esta manera ayudar a apagar la furia de los clientes alrededor del planeta.
La posición actual de Musk hacia Trump, se puede leer como un intento por borrar la imagen de aliado del Presidente, quien para empeorar las cosas se mantiene firme en su posición de incrementar los aranceles a productos provenientes de Europa, y de esta manera, Musk intentaría recuperar paulatinamente su desprestigiada reputación en la UE.
China y Rusia toman atenta nota de todo lo que se puede interpretar como puntos débiles de la administración Trump donde un grupo selecto de empresarios parece tener gran influencia sobre las decisiones de estado, aunque el gobierno estadounidense se esfuerce por hacer parecer lo contrario, este puñado de billonarios se muestran capaces de llegar a donde sea necesario para sacar provecho y no perder un solo centavo en sus apuestas políticas. Entre tanto, Trump aplica su experiencia mediática para hacer mirar al “público” hacia donde él quiere que vean, pero la cuestión es ¿caerán Putin y Xi Jinping en ese juego o utilizarán estas cartas a su favor?.
El presidente de la Cámara, Mike Johnson, también defendió el proyecto: “Mi amigo Elon está terriblemente equivocado acerca de ese gran y hermoso proyecto de ley”. No obstante, algunos legisladores republicanos se pusieron del lado de Musk. Thomas Massie respondió a su crítica con un simple: “Tiene razón”. Musk le devolvió el mensaje: “Matemáticas simples”.
Senadores como Mike Lee y Rand Paul también se sumaron. Paul escribió: “Estoy de acuerdo con Elon […] otros $5 billones de deuda son un grave error”. Musk respondió con un emoji de bandera estadounidense.
A pesar de haber sido el mayor patrocinador de la campaña de Trump en 2024, con más de $250 millones invertidos, Musk amenaza ahora con pasarle factura a quienes considera traidores del electorado.
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