En una nueva edición de Buenos días, Wall Street, el programa abrió con un análisis profundo sobre el conflicto en Medio Oriente, a propósito del segundo aniversario del ataque de Hamás contra Israel, ocurrido el 7 de octubre.
La invitada fue Natalia Pettinari, licenciada en Relaciones Internacionales y experta en política internacional, quien ha seguido de cerca el impacto humanitario en Gaza y denuncia lo que considera “un genocidio contra el pueblo palestino”. Su voz, respaldada por informes de organismos internacionales, ofreció una lectura cruda del escenario actual: “Lo que está ocurriendo en Gaza cumple cuatro de las cinco condiciones para ser considerado un genocidio según el derecho internacional”, afirmó.
Pettinari recordó que la Corte Penal Internacional mantiene abiertas investigaciones contra el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, el exministro de Defensa Yoav Gallant y tres miembros de Hamás, todos bajo órdenes de captura por crímenes de guerra. “La Corte Penal Internacional juzga a las personas, y la Corte Internacional de Justicia juzga a los Estados”, explicó. Además, señaló que “Sudáfrica presentó el caso ante la Corte porque hay pruebas de hambruna inducida, destrucción total y desplazamiento forzoso. Más del 90% de las viviendas y edificios han sido destruidos”.
Sobre la magnitud de la tragedia, la analista fue contundente: “Las cifras son escalofriantes. Ya se habla de entre 66,000 y 70,000 muertos, más de 170,000 heridos y unos 2,500 trabajadores humanitarios fallecidos. El 90% de la población ha tenido que desplazarse”. Describió también la situación de los hospitales: “Cuando Israel ordenó evacuar Ciudad de Gaza, los médicos decían ‘¿a dónde vamos a ir con bebés en incubadoras?’. Muchos se quedaron y fueron abandonados a su suerte”.
Consultada sobre la legitimidad del discurso israelí de defensa propia, Pettinari opinó que “Israel se ampara en la legítima defensa, pero su política de seguridad perjudica directamente a la población civil”. Añadió que “Netanyahu usa el hambre como arma de guerra, y eso es un delito tremendo. No se puede hablar de defensa propia cuando se bloquea el ingreso de alimentos y medicinas”.
En relación con las potencias occidentales, la experta fue tajante: “Estados Unidos y Europa son cómplices por acción y omisión. Alemania y EE. UU. le venden armas a Israel, y aunque luego hablan de paz, lo hacen de la boca para afuera”. También calificó de hipócrita el papel europeo: “Francia y Reino Unido apoyan a Israel públicamente, pero se esconden tras discursos humanitarios”.
Pettinari sostuvo que el anuncio de paz de Donald Trump podría abrir varios escenarios. “Podría haber una reconstrucción con garantías reales o un alivio parcial supervisado por la comunidad internacional. Pero también puede imponerse una paz de baja intensidad que perpetúe la dependencia y la fragmentación de Gaza”, advirtió. Sin embargo, alertó que “es una paz frágil, porque no incluye a los palestinos en la negociación. El pueblo quedó completamente fuera”.
Finalmente, reflexionó sobre el costo humano y la pérdida de futuro: “A mí lo que más me duele son los niños. Pensar en un chico que crece entre bombas y hambre me hiela la sangre. Es una generación condenada a normalizar la guerra”. En ese sentido, la analista insistió en que cualquier reconstrucción duradera debe poner en el centro a la población civil: “Si no hay justicia y representación para el pueblo palestino, no habrá paz verdadera”.
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