A pesar de las advertencias constantes, los viajeros continúan utilizando redes Wi-Fi públicas en lugares como aeropuertos, a menudo sin considerar los riesgos de seguridad. Estas redes son un blanco fácil para los hackers, que han perfeccionado métodos como los ataques “gemelos malvados”, donde crean redes Wi-Fi falsas para robar información.
Recientemente, en Australia, un hombre fue arrestado por montar una red Wi-Fi falsa en aeropuertos, utilizando esta técnica para obtener credenciales de correo y redes sociales.
Aunque este tipo de ciberataque no es nuevo, su sofisticación ha aumentado, permitiendo que pequeños dispositivos se escondan en espacios públicos, engañando a los usuarios desprevenidos.
Estos ataques se conocen como “Man in the Middle” (hombre en el medio) y permiten que los hackers intercepten información sin que la víctima lo note. “Hoy en día, cualquier persona con poco dinero y habilidades básicas puede ejecutar estos ataques”, advierte Brian Alcorn, consultor de TI.
Para protegerse, los expertos recomiendan evitar redes públicas y optar por puntos de acceso móviles o el uso de VPN, que encripta las comunicaciones. Sin embargo, muchos aeropuertos externalizan sus redes Wi-Fi a empresas como Boingo, que, aunque ofrecen sistemas como Passpoint, no siempre pueden garantizar la seguridad.
El arresto en Australia ha sido inusual, ya que la mayoría de estos ataques son difíciles de detectar. “A veces, los hackers solo quieren probar si pueden hacerlo”, dice el analista Aaron Walton, lo que sugiere que muchos incidentes no son reportados.
La lección es clara: aunque parezca inofensivo conectarse a una red pública, los viajeros deben ser conscientes de los riesgos. La mejor defensa es llevar su propio acceso Wi-Fi o extremar las precauciones con las contraseñas.